Fondos de inversión
- Francisco Javier Francoso Lopez
- hace 5 días
- 3 Min. de lectura

La industria de los grandes eventos musicales en España atraviesa un momento clave. Desde hace años, nuestro país se ha consolidado como líder mundial en organización de festivales, superando ya el millar de eventos anuales y convirtiéndose en un referente internacional para el turismo musical. Detrás de este éxito ha estado siempre el esfuerzo conjunto de promotores comprometidos y empresas proveedoras que se implicaron al máximo para hacer posibles estos grandes encuentros.
Sin embargo, en los últimos años el sector se enfrenta a un cambio radical motivado por la entrada masiva de grandes fondos de inversión. Estos actores, centrados casi exclusivamente en la rentabilidad y el retorno inmediato, han alterado significativamente la dinámica tradicional del mercado.
Desde mi experiencia profesional liderando la gestión técnica y logística en eventos tan emblemáticos como Primavera Sound, Mad Cool, Arenal Sound, Viña Rock, o BBK Live , he observado cómo esta transformación impacta directamente en la calidad operativa y en las relaciones entre promotores y proveedores.
Hace aproximadamente quince años, cuando el boom de los festivales empezaba a consolidarse, empresas proveedoras como la nuestra realizaron esfuerzos extraordinarios. Jornadas laborales que superaban fácilmente las 15 horas, adaptaciones logísticas constantes, peticiones urgentes de materiales y una implicación absoluta, marcaron nuestra relación con promotores que comenzaban en este exigente negocio.
Con este esfuerzo conjunto, logramos ayudar a profesionalizar el sector, consolidando a España como uno de los países con mayor cantidad de festivales a nivel mundial, acercándose a los mil eventos anuales. Este logro conjunto colocó a nuestro país como uno de los destinos preferidos internacionalmente para el turismo festivalero.
Actualmente, la entrada de estos grandes fondos inversores ha modificado drásticamente esta dinámica. La histórica relación de confianza, basada en el compromiso mutuo y años de experiencia compartida, se ha visto sustituida por una lógica puramente transaccional. La nueva política ha sido resetear las relaciones previas, priorizando estrictamente los presupuestos económicos por encima de la calidad y la fiabilidad.
Hoy en día, proveedores históricos como nuestra empresa, que durante años han aportado soluciones innovadoras y equipos altamente cualificados, ven cómo se les exige competir exclusivamente por precio. El resultado: una búsqueda obsesiva del bajo coste, renunciando a criterios esenciales como experiencia, calidad técnica o seguridad.
La frase más escuchada ha cambiado radicalmente: del tradicional "por favor, ayúdame a llegar a tiempo", se ha pasado al frío "lo siento, son negocios". Esta situación trae consecuencias inmediatas: jornadas nuevamente extensas, personal menos capacitado y un preocupante incremento de riesgos operativos y de seguridad.
Como profesionales comprometidos con la calidad, la seguridad y la excelencia operativa, hemos tomado decisiones difíciles. Hemos dejado de participar en eventos emblemáticos como Mad Cool, Primavera Sound o espectáculos del nivel del Circo del Sol, ante una política que privilegia el presupuesto bajo, sobre cualquier otro criterio.
Haciendo un Buyer persona, para ver el perfil de los responsables de instalaciones en festivales, hicimos el perfil del cliente que no queremos trabajar con el, pero todavía existe en los eventos:

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